Surge una nueva teoría sobre la construcción de las pirámides de Giza.
Dicen que la necesidad agudiza el ingenio. Y la mejor muestra de ello la tenemos en las antiguas civilizaciones capaces de levantar impresionantes construcciones sin apenas medios. Es el caso de las pirámides de Giza. ¿Te gustaría saber cómo se construyeron hace 4 500 millones de años sin ningún tipo de logística o tecnología moderna?
Las pirámides de Giza, los féretros más majestuosos de la historia.
Lo que seguro sabes es que estas pirámides fueron construidas para honrar a los faraones fallecidos y conducirlos al más allá. Las pirámides de Giza – Keops, Kefrén y Micerino – tienen 4 500 años de historia a sus espaldas y se han convertido en una de las atracciones turística de Egipto por excelencia.
La pirámide de Keops es la más grande e importante, con una altura de 140 metros y una enorme base de 230. La pirámide de Kefrén es la segunda en tamaño y la única que actualmente conserva una pequeña parte de su antiguo revestimiento de caliza blanca original. Y la pirámide de Micerino es la más pequeña de las tres pero aún así cuenta con una altura de casi 70 metros.
Sobre su construcción han surgido cientos de teorías que no consiguen poner de acuerdo a los expertos aunque, ahora, un nuevo estudio parece haber dado con la explicación a una de las cuestiones más importantes: cómo consiguieron mover las inmensas piedras que se utilizaron para construir estos monumentos funerarios.
La fuerza del río Nilo para su construcción.
Un estudio que se ha publicado en PNAS sugiere que los egipcios pudieron servirse de un antiguo brazo del río Nilo para transportar el material necesario para la construcción de las pirámides.
Lo que hicieron fue construir un sistema de canales y cuencas que dieron lugar a un puerto al pie de la meseta de Giza. Y como el río se inundaba anualmente, este actuó como un “ascensor hidráulico” para llevar los materiales de construcción.
Por otro lado, este sistema de canales y cuencas permitió que se formaran calas muy profundas, lo suficiente como para mantenerse a flote las barcazas que dirigían estas grandes piezas cuando creía el caudal del río. De hecho, durante unas obras realizadas en los alrededores de Giza se han obtenido pruebas de rocas que evidencian que por allí pasó un brazo del Nilo y que este llegaba hasta la base de las pirámides.
¿Cómo es posible conocer esta información?
Pues el dato que respalda esta teoría se obtuvo, nada más y nada menos, de los granos de polen fosilizados que permitieron trazar una imagen detallada del sistema fluvial tan y como discurrió hace tantos años.
Los granos de polen pueden conservarse en sedimentos antiguos y, en otros estudios, se han utilizado para reconstruir climas pasados y paisajes con vegetación que hoy son muy diferentes.
En este caso, extrayendo granos de polen de cinco núcleos perforados en la actual llanura aluvial de Giza, se identificó una gran cantidad de plantas con flores parecidas a la hierba que bordea las orillas del río Nilo y de plantas palustres que crecen en entornos lacustres. Según los investigadores, esto sería señal de que existió una masa de agua permanente que atravesó la llanura aluvial de Giza y se hinchó hace miles de años. Masa de agua que explicaría cómo pudieron llegar hasta este punto las grandes moles de piedra que se emplearon para construir las famosas pirámides de Giza.
En este estudio también se realizó una reconstrucción de la subida y la bajada del nivel del río a lo largo de 8 000 años de historia, un estudio que respalda esta teoría del utilizar un brazo del Nilo para poder llevar a cabo la construcción de estos féretros sagrados.